Hacía tiempo que quería mostrar esta sesión de preboda ya que desde el momento que los conocí supe que su historia iba a ser distinta y llena de grandes emociones, aunque pasamos varios días pensando localizaciones, cuando por fin nos decidimos creo que no pudimos estar más acertados, y es que Jaén tiene sitios increibles. Toda la sesión tenía que ir sobre ruedas, y cuando digo esto lo digo literalmente, sobre todo por que ambos son grandes apasionados de las motos, además de los caballos, esto más adelante lo entenderéis .
Normalmente cuando la pareja me pide opinión y me dejar participar en las sesiones de preboda, suelo siempre idearla pensando en torno a la naturaleza, tengo que confesar que soy un gran apasionado de la vida en la naturaleza y todo lo que tiene que ver con ella, además de ser un enamorado de mi tierra y de sus rincones, así que otra parte importante de la sesión fue Jaén. Juntando todos estos factores y aunque a primera vista las motos y la naturaleza no tengan nada que ver, creo que pudimos encontrar un punto de equilibrio en el que pudimos unir todos los elementos que tenían que ser indispensables en esta preboda.
Cuando por fin llegó el día, pese al calor y algún contratiempo con unos zapatos, que se pudo arreglar sobre la marcha y sobre todo con la ayuda de Jose y su moto, pude darme cuenta de lo enamorados que están uno del otro y del mimo con el que estaban preparando su boda, y aunque aún quedaba tiempo para el gran día, al hablar con ellos sabía que iba a ser una boda muy especial. Mientras tanto entre los momentos que pasábamos hablando sobre ellos y la boda, las fotos durante la sesión, la tarde pasó casi sin darnos cuenta.
Aunque ellos ya lo saben, siempre me gusta agradecer a los novios, Jose y Mari Tere, poder compartir una parte de sus vidas conmigo y sobre todo por dejarme ver lo mejor de ellos mismos para plasmarlo en mis fotos.