Si bien es cierto que tradicionalmente en Europa en general y en España en particular cuando se habla de bodas aquella a la que se le da más peso es a la ceremonia religiosa y más en Jaén, muy probablemente como resultado de las tradiciones y las herencias, en la actualidad las cosas han cambiado un poco y ya no sólo el rito religioso es importante sino también la boda civil.
Las razones tras esta tendencia pueden ser múltiples, desde segundas nupcias hasta matrimonios entre personas que profesan distinta fe, el hecho es que la boda civil toma cada vez más importancia y se hace digna de una celebración igual o incluso superior a la del matrimonio religioso; después de todo, ante la ley la boda civil es la que tiene valor.
Ahora bien, siendo un acontecimiento tan relevante (y que cobra cada vez más importancia) no es de extrañar que los preparativos sean tanto o incluso más complejos que los de las bodas religiosas; de hecho, la carga de cosas para hacer para una boda civil en Jaén o una boda civil en Córdoba (así como en cualquier otra ciudad grande de España) son tantos que los organizadores de bodas o wedding planners dividen en dos fases los preparativos.
La primera fase tiene que ver con todos los requisitos para la boda civil ya que si toda la documentación para la boda civil no está al día, de nada servirá organizar cualquier otra cosa ya que la boda simplemente no tendrá lugar. En este sentido además de los papeles de rigor es necesario contar con testigos para la boda civil que en España son de dos clases y entran en escena en dos momentos muy diferentes.
El primer testigo debe estar presente en el momento de tramitar el expediente, es decir, al consignar todos los documentos para la boda civil; en este caso debe ser una persona mayor de edad, con documento de identidad válido y que no sea familiar de ninguno de los contrayentes.
Una vez hecho esto se procede con el resto de la planificación del acto legal (¡menudo papeleo para un acto civil que no dura más de 10 minutos!) para finalmente oficiar el matrimonio civil ante un juez, alcalde o cualquier otro funcionario autorizado para tal fin y es precisamente en este acto (la firma del acta matrimonial) donde participan dos testigos más (que no necesariamente tienen que haber estado presentes en la tramitación del expediente). Estos testigos de la boda civil (ahora sí, de la firma donde oficialmente se contraen nupcias) deben ser mayores de edad y con documento de identidad válido; familiares, amigos o conocidos de los contrayentes; es decir, no existe ninguna limitación como ocurre al principio al introducir el expediente.
Pero antes de llegar al gran día (aunque sólo tomará un cuarto de hora lo de la firma) hay muchas otras cosas que planificar como por ejemplo el vestido para la boda civil.
Tradicionalmente el vestido de la boda religiosa es pomposo y elaborado, toma meses hacerlo e incluso hay desfiles de moda y diseñadores dedicados exclusivamente a estos vestidos; sin embargo en el caso de la boda civil las cosas son un poco diferentes.
No se trata de ir a estampar la firma que cambiará tu vida para siempre en franelilla y zapatillas, pero ciertamente la boda civil da para muchas más opciones de vestuario. En este sentido se ha abierto un nuevo nicho para los diseñadores algunos de los cuales se han enfocado en colecciones específicas para las ceremonias civiles de matrimonio.
Los estilos y modelos son casi infinitos, desde versiones cortas y aún vaporosas del vestido de novia clásico hasta trajes de dos piezas que lucen extraordinariamente elegantes y femeninos pero sin la pompa del traje de velo y corona; además los cortes y tendencias dan para todo; mangas largas, cortas, escotes, tirante, palabra de honor; en resumen ¡hay mucho de donde escoger! Todo depende de tus gustos, tu estilo y la estación.
En cuanto a los caballeros las cosas no cambian mucho, tan sólo se relajan y es que pasan de la etiqueta clásica (frac o smoking) a un traje de pantalón y saco que puede o no usarse con corbata, todo depende de la personalidad (y formalidad) de cada novio.
Sin duda alguna es mucho y ¡eso que no hemos cubierto ni la mitad! En una próxima entrega hablaremos de la música para la boda civil así como de los textos para la misma; así que prepárate ¡qué el camino es largo!